Neurosicoeducación

La Neurosicoeducación permite acceder a los conocimientos que aportan las neurociencias, facilitando la comprensión de nuestra conducta y promoviendo la mejora de la calidad de vida personal  y laboral.

Las neurociencias aportan luz sobre los aspectos neurobiológicos que se juegan en las relaciones interpersonales, en el trabajo en equipo y el liderazgo organizacional. Para esto es necesario que los nuevos descubrimientos referidos a la comprensión de la conducta humana lleguen de un modo claro y práctico a todas las personas que forman parte de una organización.

Conocer cómo funciona el cerebro contribuye a que las personas sean capaces de desarrollar una sensibilidad y una conciencia más plenas para relacionarse, al comprender por qué los seres humanos reacción de la forma que lo hacen ante determinados estímulos.

Algunos aportes de la neurosicoeducación para comprender la conducta humana:

 

Camino corto: Ante un estímulo peligroso captado por nuestros sentidos, la primera evaluación la hace la amígdala cerebral.

En 125 milisegundos (un pestañeo) se genera una respuesta de huida, defensa o ataque (respuesta automática de supervivencia)

Camino largo: La segunda evaluación la hacen los lóbulos            pre-frontales, 375 milisegundos después (repuesta reflexiva)

En situaciones de stress “se apagan los lóbulos frontales y se encienden los cerebros más primitivos”.

Si aprendemos a gestionar nuestras emociones, podemos generar  respuestas más equilibradas. 

Cerebro Triuno de Paul MacLean
 

El cerebro humano es un órgano social.

El resultado de un experimento realizado por Naomi Eisenberger de la Universidad de California, arrojó un descubrimiento muy importante.

El objetivo de esta investigadora fue determinar qué  pasaba en el cerebro humano cuando la gente se sentía rechazada.

De acuerdo con las investigaciones de la Dra. Eisenberger, el sentimiento de exclusión provoca el mismo tipo de reacción en el cerebro que la que causa un dolor físico. 

En las organizaciones abundan situaciones y conductas que generan amenaza. Conocerlas y neutralizarlas contribuye al bienestar individual y grupal. 

 

Existe una región del cerebro, la corteza cingulada anterior, que influye para que una persona que percibe incertidumbre reaccione ante ese estímulo como si identificara un error.

Esta mecanismo no es inocente para el bienestar cognitivo y emocional de las personas, dado que está constatado que esta reacción activa la respuesta de amenaza y disminuye la memoria de trabajo.