Redes Productivas de Trabajo

El trabajo sobre relaciones y redes productivas se puede realizar con diferentes enfoques y recursos, en función del nivel de profundidad al que se quiera llegar por parte de los involucrados y la organización.

Todos los resultados ocurren en un espacio de relación.

A través de los vínculos personales y profesionales, vamos construyendo el entramado de conversaciones que culminan en acuerdos (compromisos y promesas) que permiten lograr los resultados que deseamos. Una dupla de socios o un equipo de trabajo pueden ser vistos como una red de conversaciones.

La calidad de conversaciones que se sostengan está determinada por el nivel de conciencia de las personas que forman parte de esa interacción.

No es lo mismo conversar desde un lugar de responsabilidad incondicional que hacerlo desde un lugar reactivo o de víctima. En el primer caso las personas son conscientes de sus emociones, expectativas y proyecciones; en el segundo, los involucrados no reconocen el impacto que sus modelos mentales y sus prácticas están teniendo en esa interacción.

Algunas situaciones que obstaculizan las redes productivas de trabajo son:

 

  •  Conversar para tener razón y no para lograr resultados.
  • Pensar una cosa y decir otra por miedo, complacencia o para evitar el conflicto.
  • Confundir expectativas con promesas.
  • Vivenciar un estado de ánimo nocivo para las relaciones (por ejemplo, resentimiento o resignación)
  • No manejar los compromisos y acuerdos de manera efectiva, impidiendo  la coordinación de acciones necesaria para cumplir los objetivos del equipo (Círculo de Satisfacción del Cliente)
  • Utilizar estilos B.T.S.A. (estilos de pensamiento y comunicación) diferentes,  generando fricciones y tensiones al coordinar acciones.

Para que se genere una red productiva de trabajo es necesario que los involucrados desarrollen la práctica de conversar usando el lenguaje con responsabilidad, haciéndose cargo de sus emociones y estableciendo un propósito común.